En scrum se propugnan los equipos autogestionados. Pero la pregunta es ¿Está tu equipo preparado para autogestionarse?
Aunque suene muy interesante la autogestión de un equipo hay ciertas dificultades para llevarlo a cabo. Normalmente los equipos, y consiguientemente los integrantes del equipo, están acostumbrados a tener un jefe que les indique lo que tienen que realizar.
Prescindir de esa figura que se encarga de gestionar el equipo puede ser traumático, por varios motivos.
Cuando los integrantes del equipo están acostumbrados a que alguien se encargue de la gestión, normalmente no se preocupan de como se gestiona, que cosas hay que tener en cuenta, que criterios hay que seguir para priorizar tareas, o para asignarlas, etc.
Así que se corre el riesgo de que cuando el equipo se autogestiona cometa muchos errores por inexperiencia.
Hay que tener en cuenta que aunque el equipo se autogestione eso no implica que todo el mundo se vuelva un experto en todas las materias. Hay que conocer los límites de cada uno y no decir o proponer cosas que luego se comprueben que no son adecuadas, ya que es contraproducente a nivel personal. Si en el equipo, por ejemplo, hay un experto en la funcionalidad del aplicativo, cuando se traten temas de funcionalidad hay que tener muy en cuenta su opinión.
La autogestión no significa tampoco la anarquía o el barra libre. Los acuerdos a los que se llegue dentro del equipo hay que respetarlos, independientemente de que nos parezcan adecuados o no. Los informáticos desgraciadamente somos muy dados a ir por libre, pero es completamente contraproducente, sobre todo porque si el equipo demuestra que no es capaz de autogestionarse, tarde o temprano les acabarán volviendo a poner a un gestor.
No sería el primer equipo que veo autogestionarse hacia el fracaso.