Una de las cosas que más me preocupa a la hora de industrializar un desarrollo de software es la actitud de los compañeros. Es algo que va a marcar decididamente el devenir del proyecto. Herramientas de ticketing, Auditorias de código, herramienta de pruebas funcionales y demás artillería no sirve de gran cosa si las personas involucradas en el proyecto no tienen la actitud adecuada. Actitud que es muy difícil de tener en estos tiempos de crisis.
He encontrado un artículo muy interesante sobre como sobrevivir a un jefe difícil. Iba a ponerlo simplemente como una entrada en twitter y en linkedIn, pero me parece que es lo suficientemente interesante como para darle algo más de entidad y dedicarle esta entrada del blog.
Leyéndolo me ha recordado algo que me enseño un antiguo jefe, el intentar ponerse en la situación del otro para intentar entender porqué hace lo que hace. Suele dar buenos resultados.
Es muy tentador el quedarse solo en echarle las culpas de los problemas a otro y no intentar hacer algo de autocrítica, aunque sea de forma privada. Por experiencia se que si las cosas van muy mal normalmente no hay un solo culpable, suele haber más de uno.
Uno de los objetivos de las entradas del blog referidas a la industrialización del desarrollo es poder compartir vivencias que puedan servir a otras personas para entender mejor como funciona un proyecto de desarrollo que tenga un cierto tamaño. Estás son mis vivencias, si las contrastas con tus propias experiencias y las de otras personas, podrás sacar tus propias conclusiones, y te enriquecerás. Como habrás podido comprobar muchas veces hago referencia a otros compañeros, jefes o no, que me aportaron sus puntos de vista. Unas veces esas opiniones me convencieron y las incorporé a mi «mochila» y otras no. Creo que es bueno escuchar a los jefes, o a compañeros con más experiencia, ya que ya han recorrido el camino por donde tu estás transitando.