Suelo seguir a Andrés Pérez Ortega, me parece que tiene ideas interesantes, algunas un poco radicales, pero que te hacen replantearte tus ideas y mejorarlas u otras veces simplemente reafirmarte.
Así que estaba leyendo una entrada en su blog sobre el decir lo que piensas y me ha venido automáticamente a la mente una serie de situaciones que he vivido de seguidismo tecnológico.
Esto de la arquitectura de aplicaciones web va por modas. Por ejemplo con EJB, que era la solución a infinitos problemas. Yo he desarrollado algún proyecto con EJB, en las que no usábamos nada de lo que proporcionaba los EJB, eso si pagamos el sobrecoste en comunicaciones y en velocidad de desarrollo (eran tiempos en los que no existía el debug en remoto).
Tres cuartos de lo mismo con los servicios SOA o el JPA o etc…
No es que sean malas herramientas o especificaciones, el problema suele venir cuando se utilizan para cosas que no son.
Creo que es labor de un arquitecto el pensar muy bien que necesidades reales tiene el proyecto a corto y medio plazo. Hacer una lista y ver que herramientas o tecnologías son las necesarias. La arquitectura tiene mucho de pensar y buscar, buscar y pensar.
Aveces nos ofuscamos con pensar a muy largo plazo, que es una excusa perfecta para justificar grandes inversiones en tecnología, y no nos damos cuenta que lo más probable es que ese planteamiento suponga un gasto real a corto, pero un incierto rendimiento económico a largo plazo.
Como se comenta en la programación extrema lo más probable es que cuando llegues a necesitar esa flexibilidad, si es que la necesitas, probablemente hayas aprendido cosas y seas capaz de hacerlo de mejor forma que la que lo harías hoy.
Son pensamientos que van muy en la línea de mantener las cosas sencillas