Quien no ha escuchado esta frase alguna vez: «Dime con quien andas y te diré quien eres»
Siempre la había escuchado en un entorno personal, de la vida privada, pero leyendo el libro «50 claves para hacer de usted una marca«, me he dado cuenta de que también se puede aplicar a los negocios. Es un concepto que había escuchado hace ya mucho tiempo, el de que «tus clientes te dan prestigio», pero no lo había unido con la sabiduría popular.
Es decir, no es lo mismo haber hecho un proyecto exitoso para un cliente muy exigente que para un cliente muy poco exigente.
Es un concepto importante a transmitir a los compañeros de trabajo con menos experiencia, que muchas veces no se dan cuenta de las implicaciones que tiene su trabajo, pensando que todo el problema se reduce a ir a la oficina. Si que es cierto que mil euros de un cliente exigente pueden comprar lo mismo que mil euros de un cliente poco exigente. Pero tu vales menos.
Una compañera de trabajo me comentó una vez que fue a hacer una entrevista y en un momento de la misma el entrevistador le dijo que muy bien, pero que en todos los sitios en los que había estado habían acabado en desastre. Eran sus primeros trabajos, de programadora y lógicamente ante ese planteamiento se quedó de piedra.
Alguna vez comentando con compañeros de trabajo este caso, se indignan porque les parece injusto. Pero es así, si estás en un proyecto, algo de responsabilidad será tuya, poco o mucha, para bien o para mal.
Es algo que la gente debería tener en cuenta. Para mi, desgraciadamente ya son varias veces en sitios diferentes que me encuentro con situaciones en las que las cosas no van bien, que hay compañeros que no se implican, o que tienen demasiada tontería y poca profesionalidad, pero hay otros compañeros que optan por reírles las gracias o directamente por no hacer nada, hasta que ocurre lo inevitable, por lo menos en las empresas pequeñas, surgen los problemas económicos.
Así que «Dime con quien andas y te diré quien eres». Yo lo tengo claro, quiero andar con los mejores.