Cuando empiezas a escribir sobre temas profesionales, contando tus experiencias, corres el riesgo de molestar. De que ciertas personas se den por aludidas, etc.
Este grupo de entradas intentan reflejar las experiencias vividas profesionalmente y las lecciones aprendidas de ellas. No son, por supuesto, todas sino las más relevantes.
Siempre he procurado contrastar las cosas y no guiarme por las opiniones de una única persona. Me parece una actitud enriquecedora. Así que tampoco creo que nadie deba tomarse mis vivencias y opiniones como dogma de fe. No lo hago ni yo mismo, ya que cada día surgen vivencias nuevas y las opiniones pueden, y es bueno, que vayan evolucionando.
Pero si espero que puedan ayudar a reflexionar y que cada uno se forme su criterio. Sobre todo a las personas con menos experiencia profesional y que consecuentemente tienen menos puntos de referencia para formarse un criterio.
Así que me he auto impuesto una cierta «censura»:
No hablar de mi actual empresa.
Ni para bien ni para mal, por motivos obvios. Otra cosa es que ciertas experiencias vividas, positivas y negativas, haya gente que piense que se reproducen en mi actual empresa. Las opiniones son libres.
Ni siquiera las cosas que me han funcionado bien en una ocasión tienen porque funcionar bien en mi actual empresa. Son situaciones diferentes con casuísticas diferentes.
No revelar secretos
Es por un mínimo de ética profesional, aparte de por temas legales, el no revelar «secretos» o cualquier información que sea estratégica para las diferentes empresas o clientes en los que he trabajado. Así que en algunos temas soy intencionadamente un poco difuso. De todas maneras este es un blog personal, así que el objetivo es que todo el contenido, opiniones incluidas, sea personal.
Procurar ser constructivo.
He estado en situaciones en las que he tenido una cierta responsabilidad sobre un proyecto o sobre un equipo de trabajo. Se lo complicado que es, así que procuro no criticar alegremente. Que fácil se veían las cosas de «los jefes» cuando era un simple programador y que complicadas se ven cuando eres un «jefe»…
He participado en procesos de selección en los que yo era parte de los que daban su opinión y soy consciente de lo complicado que es conseguir gente buena, por el precio que les puedes pagar. Por eso intento ser constructivo, porque he visto a demasiada gente, compañeros honestos la mayoría, con responsabilidades para los cuales no estaban preparados, pero eran los mejores disponibles, y que hicieron lo posible para realizar correctamente su trabajo. Yo mismo, sobre todo al principio, he estado en puestos con responsabilidades que me superaban totalmente.
Evitar las experiencias negativas (las positivas no son problema) en las que sea muy claro quien eran los involucrados.
Procuro contar experiencias y sacar conclusiones de vivencias que se han repetido en más de una situación. Con tuerce botas todos nos hemos tropezado y seguiremos tropezándonos, de hecho en un libro leí que hasta las mejores empresas, las más punteras, tienen mínimo un 10% de gente toxica. No merece la pena malgastar mi tiempo en ellos. Prefiero dedicarlo a colaborar con los mejores.