Algunas veces me ha venido a la cabeza la imagen que Kent Beck describe en su libro sobre la programación Extrema.
Describe los elementos que propugna como un cuadro de mandos en el que pone todos los mandos al máximo y el sistema es estable. También explica como unos con otros se compensan para hacer que el sistema sea así de estable.
A veces me encuentro en sitios en los que pese a tener todos o muchas de las herramientas de hoy día las cosas no funcionan bien. Puedes instalarte en un periquete un git y tener control de versiones, un Jenkins y tener una integración continua, un sonar y tener un cuadro de mando de deuda técnica, etc, pero no hacer que el sistema funcione.
De hecho es complicado hacer que funcione, porque tener las herramientas no asegura que el equipo las use, y si no están configuradas con un planteamiento adecuado, es probable que no les sean útiles, con lo que se hundirán como un barco con una gran vía de agua. Y reflotar algo que se ha ido a pique es complicado.
Alguna reflexión ya he dejado previamente.