Esta fue la noticia que me dieron el martes por la tarde, que mi puesto de trabajo no estaba ya disponible. Me recordó un poco a la película de Up in the Air.
En estos tiempos en los que has visto como despedían incluso a gente perfectamente válida y muy profesional, porque no había trabajo, no extraña a nadie que también le toque a uno.
Hay muchas formas de afrontarlo y no voy a negar que te genera una cierta sensación de intranquilidad.
Pero ahora toca mirar hacia el futuro y adecuarse a la nueva situación. De las formas de afrontar esta nueva situación que conozco la que me parece más adecuada es en la línea de la marca personal de que soy una «empresa» sin cliente. Es casualidad que justo el día siguiente, miércoles, salía una entrada, que estaba programada desde el fin de semana, en este blog sobre la mejora continua en los ciclos, tanto en los momentos de bonanza como en los de escasez.
Cuando estas trabajando, por cuenta ajena como era mi caso, obviamente no dedicas muchos esfuerzos a buscar nuevos «clientes». Pero en esta nueva situación obviamente si que lo tengo que realizar.
Toca revisar y reforzar la estrategia de comunicación, ya que aunque desde hace un tiempo tengo este web, con su twitter y mi perfil en LinkedIn, ahora se hace más importante para poder tener una visibilidad adecuada y conseguir que si alguien tiene que elegir un profesional de la industrialización del desarrollo de software o de la arquitectura de aplicaciones Web sea yo el elegido.
También tengo que diseñar una estrategia de «networking» para conseguir dos objetivos: poner en valor el «networking» actual y que me pueda ayudar a conseguir mis objetivos, como yo he ayudado a otros compañeros en el pasado. Y por otra parte ampliar la red de contactos de profesionales y empresas que pueden en un momento necesitado requerir mis servicios.
Estas dos áreas son las más prioritarias, pero tampoco puedo dejar de prestar atención a cual es mi producto. Tengo que revisar si lo que ofrezco tiene salida en el mercado o si necesito complementarlo con alguna cosa más. Alguna idea ya tenia desde algún tiempo de complementar, digamos que mi «portfolio», con herramientas, métodos y procedimientos de testing.
Para poder tener claro este planteamiento me ha resultado de mucha utilidad el haber leído este verano el libro de marca personal de Andrés Pérez Ortega, y todo el material que tiene disponible. También me ha servido bastante el libro de «Tu modelo de Negocio«.
Pero en ambos casos estos libros y su filosofía subyacente lo que te proporciona es el QUE hay que definir, no tanto el COMO (creo que Andrés está preparando un libro sobre este aspecto). Tiene una cierta similitud en la industria del software con los modelos CMMI, ISO, etc que te dicen el QUE y las metodologías como SCRUM, ciclo de vida en cascada, etc. que te dicen el COMO.
Así que la pregunta es: ¿Como me organizo todo el trabajo que tengo que hacer?. No quisiera caer en el error del «parálisis por análisis» que tanto se menciona en los artículos sobre emprendimiento y en la ingeniería del software. Esto se me asemeja mucho al ciclo de vida en cascada, en el que no empiezo a programar hasta que no tengo perfectamente claro el diseño, y este no lo empiezo a hacer hasta que no tengo perfectamente claro el análisis, etc.
El problema es que no tengo perfectamente claro todo, no hay Yesterday Weather.
¿Y si me organizo de forma ágil? Con todo lo que estoy aprendiendo en el MOOC de Agilismo de Javier Garzás y en el libro Métodos ágiles y scrum. Sprints, BackLog, etc…
Si una familia se pudo organizar utilizando Scrum, ¿porque no va a servirme a mi para organizar mi nueva situación laboral?
Decidido, lo voy a intentar así. Una marca personal ágil…